La Medicina __________________________

Para hablar de CUERPO ALQUIMIA, para explorar cómo transmutar nuestra herida en fuente de sabiduría y poder, es necesario emprender un viaje de vuelta al origen de las narrativas y creencias que hemos venido gestando, desde nuestros primeros años de vida.

Cuando hablo del origen de la herida, estoy hablando también del niño interior. Y, para quienes no estén familiarizados con este concepto, me gustaría explicar de qué se trata y cómo podemos trabajar con él.

El niño interior representa nuestra parte más vulnerable, esa que siente profundamente. Es la parte que, cuando la herida se activa, suele reaccionar o sentirse amenazada. A menudo, si no hemos trabajado con nuestro niño interior, podemos imaginarlo como un alborotador, un “niño mal portado” que preferimos reprimir porque su presencia nos incomoda o perturba.

Sin embargo, no podemos olvidar que nuestro niño, también encarna nuestra autenticidad, nuestro poder creativo, nuestra capacidad de gozo y juego. Es la parte de nosotros conectada con nuestra esencia libre, nuestros dones innatos, nuestra curiosidad y apertura al mundo.

Cuando las experiencias que nos tocaron y afectaron de niños no han sido validadas de alguna manera tienen el poder de seguir moldeando cómo percibimos e interpretamos el mundo que nos rodea, y cómo nos vemos a nosotros mismos.

La invitación __________________________

En nuestra cápsula de hoy, te invito a que conectes con curiosidad y compasión con tu niño y te abras a escucharlo, sentirlo y validarlo.

A través del anclaje que estableceremos con el movimiento, te animo a empezar a crear un anclaje seguro con tu cuerpo y abrirte a la posibilidad de empezar a sanar y alquimizar tu herida del pasado.